Poesía de Lucía Esteban
Voy hacia la noche, me abro
pasos en la maleza
un compás que se desata
a mis pies
cerca casi propios
los latidos, la presión
entre mis dedos
de las uñas a la sien
rasgo, lastimo
el follaje con un arma
punzante
la mirada se rebela, dibuja
pasadizos
inventa
contornos, formas, enemigos
los ojos cerrados
trabajan
escultores las sábanas
ahora piedras
zapatos, ventanas, puertas y espejos
todo estalla en la oscuridad.
Ya sé
no existe otra magia que la carne
y la carne vence
la ceremonia parece sencilla
consiste en perder el control
entregarse al sacrificio
dejarse seducir y dejar
que la bestia anide dentro
escuchar la calma
hasta parir la
fiera.
El sueño no puede ser sino
eso
una forma más
del desamparo.