Poesía de Nacho Amurs
poema fluvial
despójame de voz piel y aire
toma mi cuerpo y arrójalo al río
retén la imagen de la zambullida explosiva
cómo se somete al caprichoso imperio de las aguas
que arremeten doblegan y me abocan
al destino único del hundimiento
relámete al contemplar el despojo
entre el musgo y el fango
naufragar hasta el viejo embarcadero
acláralo escúrrelo déjalo secar al sol
y arroja mi cuerpo al río
deshazte de nuevo del objeto ahogado del delito
mi vientre ondea en cada afluente
las aguas me envuelven con mimo
y mosaicas se abren paso
mis escamas centellean desde el fondo de esta poza
si me ofreces pan chapotearé entre tus dedos y nadaré río abajo
con la certeza de que otras vías son posibles
siempre son posibles
amarra el anzuelo doma la mordida
celebra la captura
y arroja mi cuerpo al río
¿ves cómo borbotea y se disuelve en arcilla?
de este manantial bebe un jilguero
apago la sed de aquellos que se inclinan hacia mí
y correspondo el beso acuoso
y tras el trago
en un acto de alquimia
la orilla enjuagada en saliva es pepita dorada
sudando en tus manos
que atesoras hasta la pudrición para luego
arrojarla al río
y ahora
resuena el eco
en mis tímpanos de espuma
arrastro el oro las babas los peces los muertos
soy caudal asalvajado
desbordo las cañadas
desciendo los camposantos
una potencia arrolladora
que traza una salida
más abajo
más profunda
INMENSA:
el mar.