El silencio voraz
Una canción resplandece en la noche,
su melodía cruje
entre las grietas.
En suspenso estallo en sílabas,
en espejos que desgarran
el gesto y el abandono.
La música nace y muere en mí.
A punto de ser canto
renuncio a las siete soledades.
Acojo todo comienzo,
toda penumbra
que se detiene en los ojos del felino.
Después de lamer su pelaje,
me revela en un poema el secreto:
Busca la armonía,
doncella despedazada.
El silencio voraz
hiere la página.