Cinco poemas - Mayla Tapia Galindo

Rebe Pascual

Mi abuela tiene 82 y algún día morirá

la muerte es más cruel cuando la protagonista es tu abuela

con ella desaparecen un apellido, muchos rostros y algunas vidas

la memoria no era un par de nombres y tres anécdotas

hoy solo nos quedan los genes y un viejo álbum en la cómoda

tus hijas y tus nietos no recordaremos a tus padres ni a tus tíos ni tu infancia

junto a ti esas vidas serán materia descompuesta en ceniza

puede que alguno de nosotros logre recordar el nombre de tu madre

que algún día encontremos el modo de descubrir quién es esa mujer de sonrisa

frágil que aparece a tu lado en las fotos que guardas

pero no sabremos cómo era su voz

o si fue feliz mientras vivía.

Se quemarán tus raíces y sus historias

ante nosotros aparecerán rostros, anécdotas sin nombres y un montón de polvo

recordaremos lo desdichado de sus vidas que tú nos contabas:

una mujer asesinada por su marido por no plancharle la camisa

una mujer o un hombre 

¿o eran dos? 

ahorcados en un olivo

una guerra civil y un fugitivo 

¿era tu padre?

un hermano y una madre muertos 

¿los dos de cáncer?

en el álbum de fotos rostros de familia irreconocibles y tú.

Era de noche y mirábamos un cartel luminoso de inmobiliaria

elegíamos casas que nunca podremos pagar

—un ático amueblado en el centro de la ciudad con tres habitaciones—

Alumbrados por diferentes ofertas

nos preguntamos cuándo compartiremos lo cotidiano

cuándo los dos a la vez nos sentiremos en nuestro hogar

este año no será ni tampoco el que viene y quién sabe

porque primero hay que estudiar un máster estudiar unas oposiciones

ser destinada a un lugar remoto ganar suficiente dinero y experiencia 

coincidir

y, por último, 

seguir queriéndonos

tal vez cuando lo consigamos ya no queramos un hogar común

después de tantos años esperando 

ya no queramos dormir en una misma cama de techo abuhardillado

compartir cocina

estar juntos en silencio mientras cenamos

en la cocina que está en el salón justo al lado del baño


He visitado tu pueblo

siempre he querido tener un pueblo al que acudir

cuando la ciudad me maltratara

volver a casa a donde todos me conocen 

donde por las noches refresca y las estrellas se ven con claridad

desvincularme de una ciudad acelerada 

reencontrarme con aquello en lo que me reconozco

una calle en la que me di mi primer beso

la plaza en la que se celebran las fiestas

la casa en la que vivió aquella amiga que ya no conozco


hoy quiero tener aquello de lo que mi abuela huyó entonces

con dieciocho años y una madre y un novio muertos

un espacio en el que el recuerdo,

un par de tierras 

y varias paredes 

hicieron el total de nosecuantas mil pesetas 

todo a cambio de una nueva vida

de nuevos recuerdos 

y un marido vivo


así fue cómo me quedé sin pueblo al que regresar

He ido a una ceremonia de comunión


el cura ha cantado letras religiosas y yo también

después ha leído sus cosas

qué envidia 

yo también quería estar leyendo mis cosas delante de personas

darles vino y comida 


Ha leído: 


El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña (San Mateo 20: 1-16)


El cielo paga a tres euros la hora

busca mano de obra barata inmigrante

tierra entre la piel astillas en los ojos voces cansadas

contrato ilegal indefinido

dormir donde trabajas

comer donde trabajas 

llorar trabajando 

morir haciendo una hoguera en tu trabajo para poder calentarte


si el cielo se parece a un propietario

no quiero ir

el reino de los cielos ya está ocupado por esos

que explotan al amanecer 

que suben el alquiler 

que son los dueños de todas las viñas 

todas ellas secas colocadas entre nubes de plástico


Normas que rigen la palabra

todos y cada uno de mis órganos luchan

para que la palabra se imprima

para que la palabra una palabras

para que la palabra llegue

para que todo se proyecte en

 varias

 direcciones

que llegue todo a diferentes lugares del cuerpo

que alcance boca y grite la palabra

que alcance ojo y vea la palabra

que alcance estómago y la digiera

que alcance oreja y la escuche

que alcance corazón y la palabra cree dolor sensación emoción

que todo lo alcance 

que todo lo segregue

  1. Una palabra nunca podrá salir de un cuerpo, a menos que sea para llegar a otro

  2. Todos los órganos, músculos, partes, extremidades se verán afectados por la palabra

  3. El cuerpo segregará palabras con el fin de hacerlas circular entre cuerpos

  4. La boca, la sangre y la mirada serán los principales medios de transfusión

  5. Todo aquello que salga del cuerpo a través de estos medios será definido como palabra

  6. La letra será la estructura de la palabra

  7. La destrucción de la palabra será la destrucción del cuerpo

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Mayla Tapia Galindo

Mayla Tapia Galindo (Granada, España, 1998) Es graduada en Literaturas Comparadas por la Universidad de Granada, donde actualmente cursa el máster en Estudios Literarios y Teatrales. Tiene gran interés en la literatura y el teatro. Participa en el grupo de teatro Mitra Teatro.

https://www.instagram.com/mayla_tg/
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