Poemas chinos

Lingchor

I

Un tigre salta desde un poema chino 


Un trozo de sol surcado
por ríos de sombra, astucia
silencio en garras, nubes
de instinto.

Llueve de golpe
sobre ti
agua muscular
y su relámpago
en el último verso
te desgarra.

(Un ideograma simple, un espacio doble y luego el ideograma de la «tormenta» sobre el ideograma que corresponde a «hombre», «mujer» o «persona».
El sinólogo experto brinda una larga explicación, dentro de las numerosas notas hacia el final del libro, y señala una analogía clara entre la última parte del texto y uno de los sesenta y cuatro hexagramas del I Ching.
Menciona a Carl Jung y cita una frase poco conocida de Mao: «lo repentino comienza a ocurrir muy lentamente, mucho antes de su desenlace»).

Li Den Xiao. Siglo XIV

II

Un guerrero se rebela dentro de un poema chino

Ah, poeta, tus palabras no tocan mi cuerpo
las esquivo. Eludo los adjetivos con que pretendes
inmovilizarme.
Salto, avanzo, retrocedo, imito al tigre
soy la grulla
el mono, la serpiente, el oso, el tallo
de cereal que se alza y dobla
en la mano del viento.


Animal, vegetal y piedra.


Todo menos un ser humano.
Los hombres escriben estupideces
de madrugada, manchas de tinta
como insectos.
Estropean el espejo transparente
del silencio.

Yo escribo en el aire con el cuerpo.

Soy el guerrero
el poeta dentro de ti:


esta mañana
no necesitas palabras.


(Tres ideogramas como tres estrellas alineadas al centro de la página impar: el cinturón de Orión o la certeza de la pluralidad.
El experto sinólogo no agrega notas explicativas a su traducción)

Lin Yui San. Siglo XVII


III

Variaciones de un ciruelo dentro de un poema chino

El parque espera de mí lo que desea el universo de una sola hoja que cae:
buscaré la compañía de sus árboles para ejercitar tai chi y practicar las enseñanzas de los grandes maestros.
Apenas soy un aprendiz y los años me pesan en la espalda.
Soy casi un viejo y corro en el frío y en la sombra como un niño absoluto.
Pasarán decenas de años antes de que alcance una mínima gota de sabiduría y, cuando la tenga en mi cuenco, la beberé sin que sacie el inmenso deseo que me impulsa.
Al contrario: tendré más sed, mucho más sed todavía cuando cumpla más de ochenta años y sea aún un aprendiz de monje.
Sabré menos que hoy.
Hoy sé menos que la rata, prima de la ardilla invisible que trepa en el ciruelo del invierno.
El parque está a esta hora lleno de sombras vivas de las que es mejor no hablar.
El parque está erizado de peligros que no pueden rozar mi espíritu.
El ciruelo sabe el secreto que me trae aquí.
El emperador, extrañamente, duerme en una precaria choza en una granja de flores, muy cerca de la maravilla del barro.
Los ministros del emperador duermen en sus mansiones y palacios.
Los funcionarios del Imperio roncan abrigados.
Las concubinas reposan en sus habitaciones cálidas.
Las hetairas, adulones, informantes y astrólogos, sueñan con un dragón que vive en el parque, al lado del ciruelo.
Las palabras de ese dragón son llamas.
Escucho esas llamas mientras corro, salto y tirito.
El invierno es cruel.
Es el dragón que sueñan ustedes en sus casas, abrigados, el que escribe este poema.
Sus llamas son las palabras.
Yo sólo avanzo, feliz, hacia la boca abierta de la oscuridad que ha de cesar.


(Los ideogramas forman ocho columnas verticales de igual dimensión y dos más brevísimas, hacia el final, cada una formada apenas por dos ideogramas que se entrelazan como si fueran insectos de una especie desconocida, alimañas de lancetas emponzoñadas, muy peligrosas.
El sinólogo experto dedica a la traducción de este poema un total de veinticuatro notas explicativas, la mayoría constituida por arduas consideraciones antropológicas, lingüísticas y sociológicas. Una de ellas, llamativamente, relaciona el texto con un desgraciado suceso acaecido muchos siglos después, durante la llamada Revolución Cultural).

Lu Tsin. Siglo XIII

IV

Otro poema chino

La plenitud está en todas partes.
La nada es plenitud.
El todo es plenitud.
La parte es plenitud.
Si en una flor de loto adviertes
la leve lengua del viento
no es vacilación, es la pregunta verde
de la existencia, del ser profundo
del loto
del tallo umbilical
acerca de si ser feliz, muy feliz
o más feliz todavía.

Y si el loto se arranca de cuajo
por distracción o insanía
en su lugar florece
incólume, sonriente
la plenitud.

(Tres filas sucesivas de ideogramas, el último parece igual al primero, salvo por un rasgo de tinta que se inclina hacia la izquierda de la página y por una especie de mancha o punto de tinta)


Anónimo. Siglo XII.


V

Un poema chino

Siempre es incomprensible al menos un suceso en el día.
Lo usual es que no tenga sentido la mayor parte del tiempo, y los objetos que viajan dentro de sí en ese tiempo, materiales, inmateriales o de la índole que corresponde al tercero excluido.
Los seres, con frecuencia, caen en un profundo estado de sumisión a la ausencia, a la falta de voluntad de ser...
Todas las cosas, al menos una vez durante su existencia, caen en un agujero de Dios.
Huérfanos de razón, ayunos de pertenencia, especie o sujeción.

(Todo eso —según el traductor y compilador de la antología, experto sinólogo— expresaba el poema chino en apenas cuatro ideogramas verticales.
Tajos: trazos negros decididos en la piel de la página impar.
En la página opuesta aparece la traducción en prosa).

Anónimo. Primera mitad del siglo XII.

VI

Borrador de poema chino

Las palabras del viento entre los tallos de bambú
dicen lo que no te dije ayer.
Y hasta la carne de la sombra brilla
y canta.

(Los ideogramas se disponen en hileras irregulares. El poema parece no haber terminado de escribirse todavía)

Xi Yan. Siglo XXIII

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Rafael Courtoise

Rafael Courtoisie (Montevideo, Uruguay, 1958) Poeta, narrador y ensayista. Miembro de número de la Academia Nacional de Letras. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Su antología Tiranos temblad obtuvo el Premio Internacional de Poesía José Lezama Lima (Cuba, 2013). Obtuvo el Premio Internacional Casa de América de Poesía por su libro Parranda (Editorial Visor, 2014). Antología invisible (Visor, 2018), El libro de la desobediencia (Nana Vizcacha, 2019), El libro transparente (Libros del Mississippi, 2020) y Antología inventada  (Fondo de Cultura Económica, 2020) son sus títulos más recientes.

Ha recibido, entre otros, el Premio Fundación Loewe de Poesía (jurado presidido por Octavio Paz), el Premio Plural, el Premio de Poesía del Ministerio de Cultura del Uruguay, el Premio Nacional de Narrativa, el Premio de la Crítica de Narrativa, el Premio Internacional Jaime Sabines, el premio Jaime Gil de Biedma y el Premio Blas de Otero. Su novela Santo remedio (Lengua de Trapo, 2006) fue finalista del Premio Fundación Lara. Otras de sus publicaciones son Goma de mascar (Lengua de Trapo, 2008) y El ombligo del cielo (Random House, 2014) y La novela del cuerpo (2014).

https://www.instagram.com/rafaelcourtoisie/
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