Moloch

poemas y miniaturas de una fábrica familiar


Perdone, querido administrador, pero para mí

esa serpiente somos nosotros mismos.

Mia Couto

I.


En Moloch

todo tiende a disgregarse

los tejidos se deshilan

los parentescos se desligan

los cuerpos se deshilvanan

los tíos se descomponen

los familiares se desmiembran

las familias se segmentan

los trabajadores se desintegran

los apellidos se disocian

las palabras se destejen.


Y todos, como los bárbaros, 

intentan construir sus casas 

con los restos y la ruina 

de lo conquistado. 


II. 

    And now, under conditions that seem unpropitious. 

For us, there is only the trying. The rest is not our business

T. S. Eliot


De estas palabras brotan

llamas, máquinas, odios,

muñecos deformes, tornillos y familias

que huyen de un hogar incendiado 

por la usura y el rencor, por el pasado,

por la ofensa de vivir de lo que se desprecia,

como casi todo el mundo,

era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,

nos tocaron tiempos difíciles,

sí, como a todos los hombres,

por la vergüenza de escribir, 

a pesar de todo,

desde este lado de los versos,

desde la cara afortunada de Moloch.  


Tantas páginas ardiendo, 

tanto pastizal quemado 

cuando podría escribir sobre 

el vuelo de los novios por los cielos de París,

cantar las mejillas ardientes de un pueblito,

mis labios ascendiendo la respiración de Va-len-ti-na 

sobre una agüita de luna que recoge murmullos en los tejados,

sobre los cinco días seguidos que nevó en mi infancia cuando tenía once años 

o sobre los once días seguidos que nevó en mi infancia cuando tenía cinco,

sobre las bromas gatunas de un salón de clases,

el cabello rojo de la maestra de catecismo,

los fuegos artificiales que reventaban 

como cantos de colores las noches de feria,

el aroma de coco de la mano de mamá 

que tapaba mis ojos en el cine 

porque todavía no tenía edad, 

porque esa escena me traería pesadillas, 

porque ella decidía.


Pero provisoriamente no cantaremos el amor

sino los bajos fondos de la herencia.


No me quejo, sólo me avergüenza. 

Otros poetas, mejores y peores, 

están en otros rincones del Moloch. 

Gabriel Martínez Bucio

Gabriel Martínez Bucio (Uruapan, México, 1989). Estudió Letras en la Universidad Iberoamericana, y Creación Literaria en la Universidad Pompeu Fabra. Se graduó del máster en Estudios Avanzados en Literatura Hispanoamericana en la Universitad de Barcelona. Obtuvo el premio nacional de ensayo Punto de Partida (UNAM) por su trabajo sobre Macedonio Fernández. Ha sido incluido en Primeras letras, el podcast de Letras Libres dedicado a autores emergentes hispanoamericanos. Es autor del libro de crónicas ficticias Vidrios en el parque (La Equilibrista, Barcelona, 2018).

https://www.instagram.com/gabogabrish
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