16 de marzo
Ayer probé el germen de tu vientre
y pude tocar tus piernas cobrizas.
Me tomé mi tiempo y procuré plasmar los límites de tu figura;
bebí de tu sexo y lo que emanaba de tus labios,
te subiste al mío y bebiste de mis labios;
disocié, perdí la noción de la luz y del viento,
me quise fusionar con tu pecho
y por eso te mordí en el centro de tu cuerpo,
dejé en su lugar una flor - un tulipán tal vez -
y cerré la herida con un beso esperando a que germine:
regué la cicatriz con el agua primitiva del mundo,
y ahora sólo espero verte todos los días.