Poesía de Celia Martínez Sáez
Preservación de la fertilidad
Me pincho en el vientre
desde el sábado pasado
pero no estoy enferma
digo me pincho pero quiero decir
atravieso mi carne y no me duele como si fuera ajena
aunque sea mía
cuando me anestesian
sueño con una niña
montada a caballo
y su cuello, pequeño, no se sujeta
como las cabecitas de los recién nacidos
que siempre me asustaron
me están arrancando
la descendencia
para no usarla nunca.
Abono
Qué tontería
tratar de reparar
los cuerpos que lloran
déjalos correr
que la sustancia y el líquido
fertilicen los barrios
de la periferia
por fuera de la interestatal 405.
¿Recuerdas
esa autopista que nos llevaba al Pacífico
que nos llevaba al cielo
que estaba helado
que el agua hacía daño
que tiritábamos
dónde nos prometimos dar vida?
Recuerda esa riqueza
atesora
la sangre
de los tuyos
exprímete que la ciudad vea
que tienes un ejército
a tu lado que viene de ti
que son tus hijos
que cuando hablen digan
que no estabas sola.
Que a ti también te cuidaron…