Cinco poemas - Sara Martín

Jon Butterworth

Trance

Es posible que asistan al parto, las incontables rodillas del padre

y el trance de un médico moderno;

dar a luz,

dar a oscuridad.

El apoyo moral de los nacimientos,

todo lo cierto nos manipula.

Ahora que ya no somos naturaleza el sexo es homogéneo, elemental,

el cuerpo más hospitalario soportando un contexto

que no causa escándalo en el mundo.

La información sale del estómago de una ballena blanca,

de acuerdo con un modelo que ordene ternura y elabore el impulso conyugal:

hierbas curativas y dos cielos sin control.

Ya nos han explicado que cargamos con el símbolo,

la cultura del latido,

callada, 

tensa.

Solo nosotras sabemos lo que se cuece,

en este apartamento/cueva, piso/gruta,

los resquicios de nuestra conversación gotean a tiempo completo 

y molestan mucho al público.

Inmaculada decepción

Una mujer en el cargo de primera ministra

preparada para la intervención fallida;

como si las cosas del mundo tuvieran gracia,

aprende que su deseo no cuenta.

En su discurso público

invertido e intercambiado,

la revancha tendrá una voz grave,

parecida a un mugido.

Lo que nuestras hijas conspiran a la sombra:

lenguaje y control,

identidades negativas codificando el mundo al raso.

Pulpos y medusas


Ciega,

ante la fotosíntesis de órganos pares 

que has organizado para mí;

este flujo mano-boca acoplado al cielo

reconstituido por la madre estado / la madre máquina / la madre institución.

Renombras la praxis del desencanto

acostado en un paseo social 

placentas perdidas.

Disminuimos como referencia,

únicamente el proceso nos acoge,

eres una máquina minuciosa que tiembla dentro.

Voluptuosidad suministrada en dosis,

¿qué nos distinguirá de la industria si todo esto es producción?

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Pensamiento invasor

Voces que pasan por radicales

 en la negritud de lo doméstico,

un hogar tan obsesivo

reducido al pensamiento criminal.

Te llenaré de pequeñas misiones,

fabricaré el silencio más viscoso para ti.

A salvo de los usuarios de miradas brillantes,

caminas biológica y afligida,

—ácido cítrico en los ojos—

por un puente hecho de horas y escarabajos verdeazules que tú has cosechado.

Activistas alrededor del mar curadas de espanto,

la primera capa es la más dura y luego un centro detrás de otro,

estropeando el paisaje hasta la pausa más feroz:

un bebé sin clave del color del hígado en el fondo lumínico existente.

Oxitocina

El proceso que aquí describo se desarrolla temporalmente,

habla de un usurpador tierno y soberano,

la nueva combinación ya sostenida por tantas otras;

funciona para la madre intrusa, el hijo distorsión

y para las múltiples hijas que nunca aparecieron.

Mecanismos de repetición a leve escala,

aritmética de las distancias,

pesadilla abierta al escrutinio,

el problema de los dos cuerpos.

Ser proteico, oscuro, sin ventanas,

todo se apresura hacia un centro,

con la mínima guía de tu voluntad.

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Sara Martín

Sara Martín (Madrid, España, 1983) es madre, poeta y creadora escénica. Sus poemas han sido publicados en revistas como Nayagua, Kokoro y Transtierros. En 2019 fue galardonada con el XXI Premio Nicolás del Hierro de Poesía por el libro Por la escalera de incendios. En 2021 publicó su último poemario, La Nimiedad, con Huerga y Fierro editores; este mismo año fue becada por el Ministerio de Cultura de España para la elaboración de su siguiente proyecto literario, La Pelvis en llamas. Además colabora de forma habitual en la revista Mamagazine con artículos sobre una visión política y feminista de la maternidad. Junto con el músico y compositor José Pablo Polo forma el grupo de arte sonoro OVERture, con el que recibe la beca Injuve 2018 y actúa en diversos festivales de poesía y música contemporánea por toda España. Desde los 18 años ha trabajado profesionalmente en teatro físico y performance, participando en diversas ediciones de festivales como Escena Contemporánea y Festival de Otoño.

https://www.instagram.com/saramanzana/
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