Variaciones sobre un órgano de Johnston

I


Busco al silencio como quien larga una oración al cielo, esperando que alguien lo escuche, y no. Aguzo el órgano; ahí es que el espectáculo comienza. Bato las alas, y entre ellas pellizco la voluntad de Dios. Enciendo mi voz, que repta y rasga el silencio por las noches; vuelo directo a las llamas. Salgo de mi cuerpo tieso y entro en el cuerpo blando de alguien más. Busco al silencio. La noche está apagada, y ya va mi silbido al cielo.


II


Planeo, desde hace ya varios años, sobre el cielo raso del bloqueo creativo. No es algo que me quite el sueño, y el término —innecesariamente ominoso— siempre me ha parecido sacado de un cuento de hadas capitalista. En realidad, la cosa puede resumirse en muchas menos palabras de las que uno pensaría: o no se tienen las condiciones para escribir (léase materiales, simbólicas, políticas), o simplemente no dan ganas de hacerlo. No hay más.

        Durante mucho tiempo me he preguntado si eso que nos resulta insoportable del silencio es la zozobra de que un texto nunca termine de cerrarse. O peor: que eso que tanto nos urge comunicar (¿es realmente urgente la escritura?) casi siempre se desvanece en el intento mismo de articularlo. ¿Qué nos queda entonces? Rendirnos a la contemplación del otro, movidos por la posibilidad de interpretar sus vacíos. Permitir que la palabra resuene solo cuando sea capaz de dinamitarlo todo. De otra forma, ¿para qué insistir en el texto, si no es para detener, aunque sea por un milisegundo, el movimiento rotacional del planeta?

        Quizás, pienso, escribir se parezca menos a llenar las páginas de un documento de Word, y más a escuchar eso que nunca terminaremos de decirnos.


III


Aspiro la sangre. La separo en mi boca de la carne y el sebo; nada de eso me interesa. Grito. Lanzo mi alarido esperando que lo escuchen. Sé que debo estar sola donde me llaman, pero a ningún lado he sido llamada. Grito más fuerte, esperando que alguien…

Aniela Rodriguez

Aniela Rodríguez (Chihuahua, México, 1992). Es narradora. Publicó El confeccionador de deseos (Ficticia, 2013) y El problema de los tres cuerpos (Minúscula, 2019).  En 2023 obtuvo el Premio Internacional de Literatura Aura Estrada. En 2021, fue seleccionada por la revista Granta como una de los Mejores Narradores Jóvenes en Español de la década.

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